MI HIJA CRECE


Mi hija crece, espigada y rubia como el trigo de mi infancia. Mi hija crece, me digo mientras se aleja hacia el cole, hacia el futuro incierto. Mi hija crece y me siento tan pequeñita a su lado, tan imperfecta. Mi hija crece, inocente y hermosa, delicada y vulnerable, cargada de sabiduría.

El tiempo pasa rápido y sorbo cada momento deleitándome en mirarla, en ver cómo su alargada figura se extiende en el horizonte, en intentar prolongar el milagro de la vida, en detener los minutos de su diminuta y grandiosa existencia. Ella sigue caminando, la mirada al frente, la cabeza en las nubes, la sonrisa de niña. 


Tragándome las lágrimas, de miedo y de esperanza, le digo adiós desde la puerta de casa.








Comentarios

Entradas populares